jueves, 17 de abril de 2008

Odio


-Todo listo

Los tres parten en direcciones diferentes. Con perfecta conciencia de su destino y el modo en que han de actuar.

Revisa cada uno el reloj en sus muñecas. Son casi las 22:00 horas. Solo unos minutos los separan del momento convenido. Y al contrario de lo que esperaban, los rifles de asalto parecen pesar cada vez menos.

El terreno ha sido examinado en varias ocasiones; una bocacalle con forma de "T" orientada al norte, este y oeste. M y J entraran por el norte y por el oeste. P solo esperará en una calle adyacente a la salida oeste para cazar al animal que pueda escaparse del ataque de sus compañeros que causaran la mayor parte de las bajas.

Nadie siquiera nota la presencia de los sujetos de bruno atuendo y fantasmal presencia. "Somos la muerte..." piensa J mientras se ajusta las gafas y los guantes. "Somos Justicia...." piensa P al momento en que se apoya en un poste y apresta la mente y el pulso. "No son nada..." piensa M descubriendo su M-16 mientras las 22:00 son anunciadas por la campana de la parroquia.

Entran los primeros dos y sin detenerse a examinar arrojan la primera ráfaga sobre los bultos que se desmadejan sobre la acera. La holgada ropa de los parásitos no deja ver las heridas, pero son obvias a verse desplomar y en casos hasta agitarse en convulsiones.

J y M avanzan paso. Sin muchas ganas de quitarles la vida. Al menos no de manera inmediata. Esa es la directriz. La muerte rápida es un regalo del que estos infelices no gozaran.

El plan funciona como se pensó. M se llevó las mieles del factor sorpresa y arreó a la manada hacia J que con el corazón a mil despedazó a los vagos con el miedo en sus rostros. P tuvo apenas oportunidades de acertar y lo hizo sin parpadear.

Apenas 15 segundos bastaron para que reinara ahora sonido de dolorosos estertores producto de heridas en el vientre y la parte baja del cuerpo. Es curioso como las camisetas y pantalones que antes parecían gigantes, ahora se ceñían a sus cuerpos empapados de sangre.

Un último disparo al aire es la señal. Un auto se acerca por el oeste a toda velocidad. Sin marcas. Sin color. Sin luces. No se detiene por los cuerpos a la mitad del camino y pisa al menos dos. Sin gran esfuerzo. Eran mujeres cuya vestimenta era casi tan pequeña como su capacidad mental...

M, J y P suben sin prisas. Como lo ensayaron. Sin mediar palabra. Sin mirar atrás. Con la conciencia tranquila, el pueblo es un poco más seguro ahora. El precedente ha sido fijado...

1 comentario:

Unknown dijo...

Saludos mi estimado Sr. Luis

Woooww !!! Sin palabras, como te lo dije en su momentos, atrevete a escribir un peque-libro, material tienes y sobre todo TALENTO.

TY por compartirlo, continua asi.

Atte. JAEA