martes, 2 de junio de 2009

Remind me, Mike?

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Espero una línea, algo que salga de ti. Para rememorar lo que está pegado en mi nuca, por dentro. Y que mueva una palanca, esta un engrane y presione ese botón, que te lleve a ese movimiento tan complejo, sutil y ahora casi lastimero. Quiero hacerte sonreír.

Camino y siento el calor subiendo por mi espalda apoyado de la humedad de una noche larga. Sin sueño. Sin ruido. Con lluvia... de anhelos.

La música me inunda le cabeza y se desborda por mi boca que se retuerce muda con las palabras de alguien más y la melodía de no sé quien. E imagino las imágenes que lo inspiraron. Las mismas que adornaron mi solitaria mañana.

Tú tendida en el tálamo de Hipatia, ya no duermes. Yaces con los ojos abiertos y los brazos en amago de caricia sobre la almohada... soñando en lo que será. Gariboleando de tela una esperanza y dándole vida con un largo suspiro.

Mientras, yo solo pienso que no debería de pensar en las cosas que ya dejé atrás. Que debo enfocarme un poco más. Pero es que cuando lo hago, me arde el cerebro y se me cierra la garganta. Prefiero seguir contemplando la polifonía y atender al cielo de blancos tatuajes.












Es solo la paranoia que no me deja en paz. Pero luego te acostumbras a ella. Como el fastidio de traer zapatos nuevos, que solo molestan un rato, poco a poco se gastan y se vuelven parte de ti. Solo que tú no te gastas, pero ya eres parte de mí. Solo que tú no me molestas, aunque siempre estás ahí...

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1 comentario:

Memorias Educadas dijo...

Y es que la codicia que sentimos por una sola sonrisa de ese bien amado, una sola, un asomo liviano de los dientes que bien nos aman, bien nos muerden, lo que nos conduce a la locura y nos envuelve en brumas de seda.


Tal vez deberías buscar la fábula de Alfeo y Aretusa, te va a gustar.
http://es.wikisource.org/wiki/F%C3%A1bula_de_Alfeo_y_Aretusa
Puedes leerla ahí.