martes, 4 de agosto de 2009

He who makes a beast out of himself gets rid of the pain of being a man

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Ojala lo hubiera sabido antes. Mientras aun tenía carne en mis manos y fuego en la mirada. Antes de abrir tantos libros y terminar tan pocos; de poner tanto empeño en conocer lo inefable y morir sabiendo que no podría revelárselo a nadie.

Fue un camino largo y lleno de rostros de ojos con almas de negrura interminable... pero aun con alma. ¿Cómo es que se les permite a ellos tener una? Ahora sé que en realidad no era suya y se conformaba apenas de retazos de robados abrojos ajenos conformando rompecabezas de laberintos metafísicos de robusta composición. Como un costal de monedas sin valor.

Pero tú no eras igual.... por eso deseaba tenerte. Poseer un ápice del espacio que alberga las nubes de estrellas y galaxias que nuestras ideas robaban cada noche de desvelo y de palabras y de sangre y de destrucción... y de autodestrucción.

Aun ahora no sé si te tuve o no. Solo sé que tú sí me tuviste. En más de una ocasión. En la lágrima que bajaba hasta tu vientre o en las risas estertóreas que subían hasta lo alto de las lápidas que guardaban los restos tu inocencia. Que yo mismo sepulté. En la caricia de tus muslos en los míos o en la complicidad de nuestras miradas al ser observadas por alguien más.

Desatábamos el temor y éramos la noche. Enseñados por nadie más que por la naturaleza de nuestro instinto que veía por nosotros y nos susurraba los mismos versos que hacian vibrar nuestras entrañas a una misma frecuencia... hasta estallar en un aullido interminable y ensordecedor.

El remanente de mi esencia no me permitía perderme del todo y nos mantenía a ambos a salvo de nosotros mismos. Tú amabas el dejarme a cargo de los estribos para poder perderlos tú y tirarte al vacío vaporoso de tus ideas. Amarrabas tus tobillos a mi cuello a sabiendas de que jamás te dejaría caer. Confiabas en mí.

No sé si era feliz. Pero sabia de mi nó por el dolor o la necesidad de ti, sino más bien por lo poco que de mi percibía reflejado en ti... no era humano ya.

Porque aquel que hace una bestia de si mismo, se libra del dolor de ser hombre.

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2 comentarios:

Memorias Educadas dijo...

Aun ahora no sé si te tuve o no. Solo sé que tú sí me tuviste.

Me hace sentir cosas, cosas dolorosas. Y a esas cosas no hay que darles nombre para no hacerlas reales. Estoy en un camino bestial hacia mi propia destrucción, sólo así podré librarme del tormento de este amor tan humano.

Ayúdame.

Meta-Luis dijo...

Ok... empezaré por dejar de lado los textos tortuosos y pretéritos.