viernes, 13 de mayo de 2011

Good Vibrations



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Lo seres humanos somos extremadamente ruidosos. Desde el nacer hasta el fenecer hacemos vibrar el aire con tantísima constancia y vehemencia, que bien nos vendría utilizar esa energía de una manera productiva.

El detalle interesante de esto es cuando reina el silencio y escuchamos todo. El murmullo del tráfico de la carretera a lo lejos. El viento a través de la zotehuela. El refrigerador y su zumbido. Y cuando todo esto cesa, a nosotros mismos.

¿Cómo podría definirse o explicarse? Pues es más bien sencillo: siempre vibramos de aquí para allá mientras estamos despiertos y cuando estamos al borde de dormir, la frecuencia de estas vibraciones se hace cada vez más baja, rozando el reposo total. Pero ni así, guardamos silencio.

Una charla puede cambiar al mundo. Nuestro mundo. Cuando las vibraciones armonizan entre sí, no siendo iguales, pero sí melódicas y complementarias unas con otras. Un murmullo, un grito o un suspiro.

Me gusta como vibras. Con la tinta y la voz. Con lo real y lo imaginario. Con el relativo silencio y las lentas oscilaciones de tu vista y el estremecimiento de tu cuerpo. Del mio



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1 comentario:

Memorias Educadas dijo...

Y entonces Blogger ya no se da el lujo de no dejarnos hablar.

(No, ni dormidos dejamos de hacer ruido, unos construyendo bombas y otros hablando en idiomas incomprensibles).