Fingerprints

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...y luego me dicen que el desconsiderado, pedante, egolatra y demás adjetivos (des)calificativos, soy yo. Pero en realidad son ellos los que no pueden soportar ver que alguien es, aventurémonos a decir, feliz.

Que si por que él tiene conductas patológicas y maniacas como reirse de sus tropiezos y poner poca o nula atención a los comentarios malsanos y viperinos de los demás.

"...imagínate que le dije que el ponerse <> cosa es algo anormal y gay, y siguió haciéndolo sin chistar...
y no se diga de ella... Dios mío! Que pareciera que se siente superior al resto de nosotras. Y que acaso, no puede poner los ojos en el buen muchacho aquel que casi termina su carrera en administración (el número 2184x10^12548 por cierto). Está bien que sea un mujeriego enpedernido y que tiene una tendencia machista bien marcada a la violencia misógina... pero ¿es que no es eso lo más normal y lo mejor..?"

Pero bien... es una raya más al tigre de Bengala que vive con nosotros.

El día de mañana el mentor del gélido norte, a.k.a. El tío Enrique, viene a estos no tan gélidos lares a pasar unos días y rememorar los buenos tiempos en la tierra que lo vió nacer, aunque tal vez no muy bien desarrollarse (y es que pareciera que la nieve es su habitat natural y no el polvoso y acogedor bochorno mexicano).

Espero poder ir por él a donde sea que llegue; siempre y cuando no sea la Cuidad de México que es, como ya todos saben, la antesala del infierno (y no digo que eso sea malo). Pero si estaré muy contento de darle un gran abrazo y darle la bienvenida.

Y es que fue eso precisamente lo que él hizo conmigo en aquel aeropuerto de Toronto una noche de Otoño en que no me sentía parte de lo que estaba sucediendo. Espero que no sea el caso para él.

Ya luego postearé algo al respecto. Mientras tanto habrá que preparar equipos que instalar, bases de datos por depurar... aunque sean solo la segunda ocupación de mi ser; dado que el tiempo de calidad, es para mi niña y meine lieben...

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