jueves, 31 de enero de 2008

...y la amo

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Maravillado e incrédulo al mismo tiempo, apenas podia contenerse de llegar al sentimental extremo de las lágrimas.

Justo a su lado es que pudo dejar de ser persona, personaje, careta; no fingir y solo ser. ¿Para qué si es así como era aceptado...? Y era justo así como la voluntad del querer y el amar se enfilaban hacia aquel ser de alas invisibles y menudas carnes.

En que se siente maestro y esclavo de sus encantos y su sabiduría de praxis e inocencia.

Que dulce dulce puede ser la vida aunque tal vez, solo tal vez, no nos lo merescamos.

¡Demonios!

Alguien (Cristian) siempre dice que hay que elegir de quien enamorarse. Yo he estado eligiendo casi siempre. Y ahora me siento afortunado de haber sido elegido... y más aun de no haberlo hecho yo. Y ser víctima de mi mismo...

...como de la lluvia en mi cuerpo y la brisa en mi rostro. De el fuego en su alma y el amor en sus palabras.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito el texto, aunque la foto es una maravilla.
Gracias por pasarte por mi blog ^_^
Un saludo.